sábado, 22 de abril de 2017

Molinos de Viento - Wind mills

Los que han leído El Quijote saben  que Cervantes no lo escribió. Tampoco pudo escribirlo el innecesario redundante Pierre Menard de Borges, y nunca jamás el odioso y repelente impostor Avellaneda.
Cervantes no escribió El Quijote; simplemente se limitó a ordenar en forma de novela los cartapacios y papeles viejos escritos en árabe que encontró en Toledo en condiciones misteriosas y que, con ayuda de un morisco, tradujo al castellano. Todos estos papeles viejos componían la obra llamada “Historia de don Quijote de la Mancha” y fueron escritos por un historiador arábigo, el verdadero autor.***


La metamorfosis de Alonso Quijano 
The metamorphosis of Alonso Quijano



Paisajes Manchegos







Don Quijote







***Los contemporáneos de Cervantes comprendían rápidamente que esto era una graciosa parodia de los libros de caballería donde los manuscritos originales aparecían siempre en misteriosas condiciones: una tumba junto a Constantinopla, una cueva, en pergaminos e idiomas ilegibles etc. Un recurso habitual destinado a intrigar al lector con lo exótico y raro.

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